La fibromialgia es un trastorno crónico caracterizado por dolor musculoesquelético generalizado y sensibilidad en múltiples puntos del cuerpo, acompañado de fatiga y alteraciones del sueño. Imagina que tu sistema nervioso es un altavoz con el volumen al máximo, amplificando incluso las señales de dolor más leves hasta convertirlas en molestias constantes, afectando tu calidad de vida y actividad diaria.
¿Quién puede desarrollar fibromialgia y por qué?
Factores no controlables
- Sexo femenino: hasta un 80% de los casos ocurre en mujeres.
- Edad: más frecuente entre los 30 y 55 años.
- Genética: antecedentes familiares de fibromialgia o trastornos del dolor.
Factores controlables
- Estrés crónico y ansiedad, que agravan la percepción del dolor.
- Sueño de mala calidad o insomnio, que dificulta la reparación muscular y nerviosa.
- Sedentarismo, que debilita la musculatura y empeora la rigidez.
- Sobrepeso, que sobrecarga el sistema musculoesquelético.
¿Cómo se manifiesta la fibromialgia?
El síntoma principal es un dolor difuso que puede sentirse como quemazón, punzadas o rigidez generalizada. La fatiga intensa limita las actividades cotidianas y suele acompañarse de “niebla mental” o dificultades de memoria y concentración.
Signos clave y criterios para acudir al especialista
- Dolor presente al menos tres meses, en la mitad del cuerpo y en la columna vertebral.
- Fatiga difícil de aliviar con descanso.
- Puntos sensibles al tacto en zonas como nuca, hombros, costillas, caderas y rodillas.
- Alteraciones del sueño y síntomas asociados (cefaleas, síndrome del intestino irritable).
¿Cómo se diagnostica la fibromialgia?
El diagnóstico es clínico, basado en la historia y exploración, tras descartar otras causas médicas.
- Cuestionario de dolor generalizado y escala de intensidad para valorar la extensión y severidad.
- Exploración de puntos sensibles (“tender points”): al menos 11 de 18 puntos con dolor moderado al presionarlos.
- Analíticas básicas y pruebas de imagen: para descartar artritis, enfermedades autoinmunes o metabólicas.
- Cuestionarios de calidad de sueño y estado emocional, para evaluar insomnio, depresión y ansiedad asociados.
¿Qué tratamientos hay para la fibromialgia?
El objetivo del tratamiento es modular el dolor, mejorar la calidad del sueño y restaurar la funcionalidad, combinando estrategias farmacológicas, físicas y psicosociales según las necesidades del paciente.
Ejercicio y fisioterapia
- Mejora la fuerza muscular, la flexibilidad y la resistencia al esfuerzo.
- Programas de ejercicio aeróbico de bajo impacto (caminar, bicicleta estática) junto a estiramientos y técnicas de relajación.
- Alta evidencia en guías europeas y españolas para reducir dolor y fatiga.
- Duración: mínimo 12 semanas con sesiones 2–3 veces por semana.
- Contraindicaciones: iniciar de forma gradual si hay dolor intenso; adaptar intensidad según tolerancia.
Antidepresivos y neuromoduladores
- Modulan la percepción del dolor y mejoran el sueño.
- Ejemplos: amitriptilina (bajo dosis nocturna), duloxetina y pregabalina.
- Recomendados en guías de reumatología para fibromialgia resistente a analgésicos simples.
- Tratamiento crónico, revisando respuesta cada 3 meses.
- Efectos secundarios: somnolencia, boca seca, mareo; ajuste de dosis según tolerancia.
Analgésicos y antiinflamatorios
- Alivian molestias leves y ayudan en brotes dolorosos.
- Se emplea paracetamol y, ocasionalmente, AINE tópicos para aliviar puntos dolorosos localizados.
- Evidencia limitada para AINE orales en fibromialgia, por lo que su uso debe ser puntual.
- Duración breve, evaluando eficacia tras 2–4 semanas.
- Contraindicaciones: precaución por efectos gastrointestinales y renales en uso prolongado.
Terapia cognitivo-conductual
- Ayuda a gestionar el dolor crónico modificando pensamientos y comportamientos.
- Incluye técnicas de relajación, manejo del estrés y reestructuración cognitiva.
- Amplio respaldo científico para mejorar la funcionalidad y reducir la ansiedad asociada.
- Duración: programas de 8–12 sesiones grupales o individuales.
- Sin contraindicaciones; requiere compromiso activo del paciente.
En Clínica Albareda la abordamos con un enfoque multidisciplinar que integra fisioterapia avanzada, apoyo psicológico y control farmacológico para personalizar el plan terapéutico según la evolución de cada paciente.
¿Qué puedes esperar?
La fibromialgia es una condición crónica y fluctuante, pero con un enfoque integral y la colaboración activa del paciente se pueden lograr mejoras sostenidas en dolor, descanso y calidad de vida.
El pronóstico es más favorable cuando se combinan ejercicio regular, buenas rutinas de sueño y apoyo psicológico, evitando el aislamiento y estrategias de afrontamiento inadecuadas.
Datos clave importantes
- La fibromialgia afecta al 2–4% de la población, predominando en mujeres.
- Mantener un programa de ejercicio constante puede reducir el dolor en un 30–50%.
- La combinación de medicación y terapia psicológica mejora los síntomas en el 60% de los casos.
- La gestión del estrés y la higiene del sueño son fundamentales para controlar los brotes.