¿Qué es la artrodesis?
La artrodesis es un procedimiento quirúrgico que fusiona dos o más huesos que forman una articulación, bloqueando su movimiento de forma permanente para eliminar el dolor y proporcionar estabilidad cuando la articulación está gravemente dañada o no es susceptible de reparación. Se trata de una intervención diseñada para convertir una articulación móvil en una unidad ósea única, sacrificando deliberadamente el movimiento articular para lograr estabilidad, ausencia de dolor y funcionalidad en ejercicios de carga o actividades laborales intensas.
La artrodesis funciona como "soldar una articulación dañada": así como un soldador une permanentemente dos piezas de metal para convertirlas en una estructura única y rígida, en esta cirugía se remueve el cartílago articular degenerado y se fijan los huesos en una posición funcional óptima hasta que se fusionan completamente, creando una columna ósea estable. Esta técnica es especialmente valiosa cuando la prótesis no es viable o cuando la estabilidad absoluta es más importante que la movilidad residual.
La artrodesis es una opción establecida y fiable en traumatología moderna para patologías articulares complejas, infecciones recurrentes, tumores óseos, secuelas traumáticas graves y deformidades que comprometen la funcionalidad y la calidad de vida del paciente. Se diferencia de la artroplastia (reemplazo protésico) en que sacrifica movilidad pero ofrece mayor estabilidad y durabilidad a largo plazo, eliminando la necesidad de futuras revisiones quirúrgicas.
¿Quién es candidato a una artrodesis y por qué?
La decisión de realizar una artrodesis depende de una evaluación cuidadosa que considere la gravedad del daño articular, las alternativas terapéuticas previas, el tipo de trabajo o actividad que realiza el paciente, y su edad funcional. No es una intervención de "primera línea", sino una opción a considerar cuando opciones conservadoras o reparadoras han fracasado.
Lesiones y condiciones que se tratan con artrodesis
- Artrosis avanzada o no candidata a prótesis: Desgaste articular severo en pacientes muy jóvenes, con malformaciones óseas importantes, pérdida ósea masiva, o en articulaciones donde la prótesis no es técnicamente viable (por ejemplo, articulaciones pequeñas del pie o mano).
- Artritis reumatoide y enfermedades inflamatorias crónicas: Destrucción articular progresiva sin indicación de prótesis, especialmente cuando hay inestabilidad articular grave o se necesita máxima resistencia.
- Infecciones articulares crónicas o recurrentes: Osteomielitis, artritis séptica o tuberculosis ósea que no responden a tratamiento antibiótico o quirúrgico conservador, requiriendo eliminación del foco infeccioso mediante fusión.
- Secuelas post-traumáticas graves: Fracturas articulares complejas con deformidad irreducible, pérdida ósea importante, o lesiones vasculares que comprometieron la vascularización ósea.
- Necrosis avascular (osteonecrosis) del hueso: Muerte del tejido óseo sin posibilidad de revascularización, especialmente en cabeza femoral, astrágalo o capitado.
- Inestabilidad articular severa por lesión ligamentaria: Parálisis, traumatismo neurológico o insuficiencia ligamentaria que genera inestabilidad crónica incapacitante.
- Tumores óseos o lesiones ocupantes: Tumores primarios o secundarios que requieren resección ósea, donde la artrodesis es superior a la prótesis para asegurar control oncológico.
- Deformidades congénitas o adquiridas graves: Malformaciones estructurales o cambios post-paralíticos (poliomielitis, parálisis cerebral, enfermedad de Charcot) que causan dolor e imposibilidad de carga.
- Fallo previo de cirugía protésica: Aflojamiento aséptico, infección refractaria, o rotura del implante donde la artrodesis es la opción de rescate definitiva.
Criterios para indicar una artrodesis
Criterios que favorecen la indicación:
- Dolor articular severo, persistente y refractario a tratamientos conservadores múltiples y prolongados (mínimo 3-6 meses o más).
- Daño articular radiográfico severo (osteoartrosis grado IV, destrucción de más del 50% de las superficies articulares).
- Inestabilidad articular clínica verificada con maniobras específicas (laxitud ligamentaria, luxación recurrente).
- Necesidad de actividad laboral o deportiva intensa que requiera máxima estabilidad y ausencia de movimientos articulares que compliquen la recuperación.
- Infección articular confirmada o alto riesgo infeccioso donde la prótesis está contraindicada.
- Edad menor a 50-55 años sin opciones protésicas viables.
- Expectativa realista del paciente sobre pérdida de movilidad compensada por estabilidad y eliminación del dolor.
- Ausencia de condiciones que comprometan la fusión (no infección sistémica no controlada, buen estado nutricional).
Criterios que desaconsejan o contrainidican la artrodesis:
- Infección activa sistémica o local no controlada.
- Estado nutricional muy comprometido o cicatrización deficiente documentada (deficiencia proteica severa, insuficiencia renal).
- Diabetes mellitus descontrolada (HbA1c > 9%).
- Tabaquismo activo no controlado (compromete la fusión ósea).
- Enfermedad vascular periférica severa (riesgo de trombosis, necrosis).
- Edad muy avanzada (>75-80 años) con comorbilidades que contraindiquen anestesia general prolongada.
- Incapacidad cognitiva o psiquiátrica grave que impida adherencia a rehabilitación postoperatoria.
- Parálisis musculoesquelética afectando el miembro que se va a fusionar (excepto casos muy seleccionados).
- Defecto óseo masivo no reparable o vascularización comprometida irreversiblemente.
- Contractura articular fija en posición no funcional que no pueda corregirse.
Tipos de artrodesis
Existen varias clasificaciones según el abordaje quirúrgico, la ubicación y el método de fijación:
Por abordaje quirúrgico
- Artrodesis abierta o convencional: Incisión amplia (10-15 cm) con visualización directa del campo quirúrgico, ideal para casos complejos, con mayor trauma tisular inicial pero excelente control quirúrgico.
- Artrodesis mínimamente invasiva: Incisiones pequeñas (5-8 cm) con disminución del trauma musculoligamentario, sangrado reducido y recuperación más rápida, aunque con visualización limitada.
- Artrodesis artroscópica: Mediante pequeñas cámaras y instrumentación especial, muy selectiva para articulaciones pequeñas (tobillo, muñeca, dedos).
Por método de fijación ósea
- Fijación interna: Uso de tornillos (canulados o sólidos), placas metálicas (titanio, acero), varillas o cajas intersomáticas. Ventajas: estabilidad inmediata, carga precoz, mejor tolerancia. Desventajas: potencial interferencia con estructuras vasculonerviosas.
- Fijación externa: Fijadores de Ilizarov, fijadores articulados o sistemas externalizados. Ventajas: permite compresión progresiva, ajuste durante la consolidación. Desventajas: mayor malestar del paciente, infecciones superficiales en puntos de inserción.
- Fijación con injerto óseo: Autólogo (del propio paciente, preferente), aloinjerto (de banco de huesos) o aloinjerto combinado con BMP o PRP (factores de crecimiento). El autólogo tiene mejor potencial osteointegrador pero requiere una segunda incisión.
- Fijación híbrida: Combinación de dos métodos (tornillos + injerto, placa + fijador externo) para casos complejos o revisiones.
Por localización y tipo específico
- Artrodesis vertebral (fusión espinal): Posterolateral instrumentada (PLIF), intersomática anterior (ALIF), lateral extrema (XLIF), anterior/posterior combinada. Usadas en degeneración discal, espondilolistesis, escoliosis, fracturas vertebrales.
- Artrodesis de tobillo (tibioastragalina): Fusión de tibia y astrágalo, indicada en artrosis, secuelas traumáticas, necrosis del astrágalo. Tamaño de incisión: 8-12 cm típicamente.
- Artrodesis subtalar: Fusión de astrágalo y calcáneo para valgismo crónico, inestabilidad subtalar, artrosis postraumática.
- Artrodesis de rodilla: Más infrecuente, reservada para tumor, infección refractaria o fallo de prótesis. Requiere fijación muy estable (clavo intramedular o placa + fijador).
- Artrodesis de cadera: Muy selectiva, reservada para infección crónica o fallo protésico cuando la prótesis de revisión no es viable.
- Artrodesis de muñeca, mano y dedos: En osteonecrosis, artritis avanzada, traumatismo con pérdida ósea. Utiliza placas pequeñas y tornillos de 2.0-2.5 mm.
¿Qué se trata con esta técnica?
La artrodesis se aplica en múltiples articulaciones y zonas del cuerpo, aunque con diferente frecuencia:
- Columna vertebral (cervical, torácica, lumbar, lumbosacra): Es la localización más frecuente. Trata degeneración discal sintomática, espondilolistesis con compromiso neurológico, escoliosis, cifosis, traumatismos, e inestabilidad vertebral.
- Tobillo (articulación tibioastragalina): Segunda localización más común. Trata artrosis primaria, artrosis postraumática, tuberculosis ósea, necrosis del astrágalo, secuelas infecciosas.
- Pie (articulaciones subtalar, tarsometatarsianas, metatarsofalángicas, interfalángicas): Artrosis postraumática, hallux rígidus, deformidades paralíticas, neuropatía diabética con úlceras recurrentes.
- Muñeca: Artritis reumatoide refractaria, osteonecrosis del capitado, artrosis postraumática compleja, tumores.
- Mano (intercarpianas, metacarpofalángicas, interfalángicas): Artritis avanzada, traumatismo con luxación irreducible, secuelas infecciosas.
- Cadera: Infección crónica refractaria, osteonecrosis, fractura-luxación irreducible (raramente indicada por existencia de prótesis).
- Rodilla: Infección refractaria, tumor óseo, fallo protésico severo (indicación infrecuente).
- Hombro: Muy selectiva; solo en casos de infección crónica, parálisis con artrosis severa, o tumor.
Descripción del procedimiento quirúrgico con artrodesis
La artrodesis se realiza bajo anestesia general o regional, siguiendo una secuencia técnica comprobada:
Fase preparatoria: El paciente se posiciona según la articulación y el abordaje elegidos. Se realiza desinfección extensa con antisépticos, colocación de campos quirúrgicos estériles, y se identifica la articulación mediante palpación o con fluoroscopia.
Acceso quirúrgico: Se realiza una incisión que varía de tamaño (5-15 cm) según abordaje. Se disecan meticulosamente los tejidos blandos (músculos, tendones, ligamentos) preservando su vascularización siempre que sea posible.
Exposición articular: Se abre la cápsula articular o se accede al espacio interarticular según corresponda. Se identifica el cartílago articular degenerado y las superficies óseas subcondral.
Preparación ósea: Este paso es crítico. Se remueve completamente el cartílago articular usando cucharillas, fresas o broca, exponiendo el hueso canceroso (esponjoso) de ambas superficies articulares. Se retiran también los osteofitos (espolones) que impiden la aproximación ósea. El objetivo es crear dos superficies óseas congruentes y sangranteas que facilitarán la fusión.
Colocación de injerto óseo: Se coloca injerto óseo autólogo (preferente) o aloinjerto entre las superficies preparadas. Este injerto actúa como "material de relleno" que estimula la osteointegración (proceso de fusión ósea biológica). Opcionalmente se añaden factores de crecimiento (PRP, BMP) para acelerar la fusión.
Fijación interna o externa: Se estabiliza la articulación en una posición funcional óptima mediante:
- Tornillos canulados que atraviesan ambos huesos
- Placas atornilladas fijadas rígidamente a ambas superficies
- Fijadores externos (en casos de grave compromiso de tejidos blandos)
- Combinaciones híbridas según necesidad
La posición elegida es crítica (flexión ligera, valgismo, rotación neutra, etc.) pues determinará la función post-quirúrgica definitiva.
Verificación y cierre: Se comprueba con fluoroscopia que la alineación es correcta, la fijación es estable (sin micromovimientos), y que las estructuras neurovasculares no han sido afectadas. Se cierra por planos, se coloca apósito estéril.
Duración típica: 45-120 minutos según localización, complejidad y experiencia del cirujano.
Ventajas de la artrodesis
- Eliminación completa del dolor: 85-95% de los pacientes experimentan desaparición del dolor articular crónico, pues se elimina el foco de fricción y degeneración.
- Estabilidad articular absoluta: Proporciona estabilidad mecánica superior a la que podría conseguirse con reparación, crucial en pacientes jóvenes o con trabajos de alta exigencia física.
- Durabilidad prolongada (>25 años): La fusión ósea es biológica y permanente; no requiere revisiones como las prótesis, evitando nuevas cirugías futuras.
- Viabilidad en múltiples articulaciones: A diferencia de la prótesis, la artrodesis puede realizarse en articulaciones pequeñas (muñeca, dedos, articulaciones del pie) donde la prótesis es inviable.
- Opción de rescate ante fallo protésico: Cuando una prótesis se afloja o infecta, la artrodesis permite resolución definitiva del problema.
- Baja tasa de infección si se realiza correctamente: La compresión ósea progresiva mejora la irrigación y la capacidad inmunológica local, reduciendo infecciones.
- Recuperación funcional predecible: Los pacientes retornan a actividades laborales y deportivas moderadas-intensas con seguridad en 4-6 meses.
- Menor necesidad de medicación a largo plazo: Tras la fusión consolidada, no hay fricción articular que genere inflamación recurrente.
- Indicación válida incluso en edades avanzadas: Aunque requiere fusión más lenta, la artrodesis es viablemente en pacientes de edad avanzada sin buen estado para prótesis.
- Excelentes tasas de consolidación ósea: 85-95% de fusión exitosa con técnica adecuada y adherencia del paciente, mejorando aún más con autólogos y factores de crecimiento.
¿Qué puedes esperar en tu recuperación tras artrodesis?
La recuperación tras artrodesis es generalmente más lenta que tras artroplastia, pero los resultados son predecibles y duraderos. Durante los primeros 2-3 meses postoperatorios, el dolor disminuye rápidamente (entre semanas 2-6 es evidente) y comienza la fase crítica de fusión ósea. El paciente logra carga progresiva o movimiento protegido según protocolo. Las tasas de éxito según literatura son excelentes: aproximadamente 85-95% de las artrodesis alcanzan fusión ósea consolidada entre 3-6 meses. Comparativamente con la artroplastia, la artrodesis sacrifica movilidad (eliminando flexión en tobillo, por ejemplo) pero proporciona estabilidad absoluta, mayor durabilidad (>25 años vs. 15-20 años de prótesis) y ausencia de complicaciones relacionadas con aflojamiento aséptico o desgaste del implante. Aquellos pacientes que requieren máxima estabilidad para actividades laborales intensas (construcción, deportes, actividades militares) frecuentemente refieren mejor resultado funcional con artrodesis que con prótesis de menor potencial biomecánico.
A los 6 meses, la mayoría de pacientes ha consolidado la fusión y retornado a actividades de vida diaria completa: caminar (con patrón de marcha adaptado), subir escaleras, trabajar en actividades moderadas, realizar deportes de bajo-medio impacto. Sin embargo, las limitaciones reales son específicas de la articulación: artrodesis de tobillo elimina flexión-extensión pero permite caminata en línea recta y plano; artrodesis de columna restringe movimientos rotacionales pero mantiene carga y deambulación; artrodesis de muñeca reduce movilidad pero permite carga manual intensa.
Factores que mejoran la recuperación y complicaciones relevantes
Factores positivos para la recuperación: El tabaquismo cero (acelera fusión 3-6 semanas comparado con fumadores), buen estado nutricional (proteína, vitamina D, calcio), carga progresiva temprana según protocolo del cirujano, cumplimiento de fisioterapia diseñada específicamente para evitar rigidez muscular, ausencia de infección, buen estado metabólico (diabetes controlada, sin insuficiencia renal), y edad menor favorecen significativamente. Los pacientes que comparten factores de buen pronóstico (edad <60, no diabéticos, no fumadores, autólogo óseo usado) logran fusión consolidada 8-12 semanas antes que aquellos con múltiples factores de riesgo.
Complicaciones relevantes que debes conocer: La pseudoartrosis (no unión) es la complicación más temida (5-15% en tobillo, 3-8% en columna, 0-2% en muñeca según técnica); el hueso no fusiona completamente, generando dolor persistente o inestabilidad que puede requerir revisión quirúrgica; su prevención requiere técnica meticulosa, autólogo óseo de calidad, fijación rigurosa y ausencia de movimiento prematura. La consolidación viciosa (mala unión) ocurre cuando la fusión ocurre pero en posición incorrecta, resultando en dolor residual, deformidad o limitación funcional; puede requerir osteotomía y refijación. La infección superficial o profunda afecta 2-5% de casos; las superficiales responden a antibióticos; las profundas requieren desbridamiento quirúrgico; el riesgo aumenta con diabetes, obesidad, o contaminación intraoperatoria. La rigidez muscular o articular adyacente puede ocurrir si la fisioterapia es insuficiente, limitando funcionalidad a pesar de fusión exitosa. La lesión neurovascular (0,5-2%) durante disección puede causar parestesias permanentes, debilidad o compromiso vascular; el riesgo se minimiza con técnica cuidadosa y monitorización neurofisiológica intraoperatoria. El edema crónico (especialmente en tobillo) puede persistir meses; mejora con compresión, elevación progresiva y drenaje linfático. La trombosis venosa profunda (TVP, 1-3% en cirugía mayor de columna o cadera) requiere profilaxis con heparina y deambulación temprana. La síndrome de fusión adyacente en cirugía vertebral (movimiento compensatorio en segmentos adyacentes) puede causar dolor años después, aunque requiere observación más que tratamiento inmediato en la mayoría.
Cronograma típico de recuperación
- Días 1-3 postoperatorios (en hospital): Permaneces hospitalizado bajo control de dolor intensivo (analgesia multimodal), antibioterapia profiláctica, y monitorización. Se inicia deambulación muy precoz (6-12 horas) con ayuda (andador, muletas) incluso con dolor, pues la movilización acelera recuperación. Se colocan medidas antitrombóticas (medias compresivas, heparina, movimientos activos de dedos/pies).
- Semanas 1-2: Continúas carga progresiva (artrodesis de tobillo: 50% apoyo; columna: sedestación y deambulación con faja; muñeca: inmovilización parcial). Se inician sesiones de fisioterapia intensivas. La mayoría de pacientes son dados de alta con analgésicos orales, antibioterapia (si procede), y corsé/ortesis si aplica.
- Semanas 3-8: Aumento progresivo de carga: artrodesis de tobillo llega a carga completa; columna inicia movimientos suaves; muñeca comienza movilización cautela. Se retiran sutures entre semanas 2-3. El dolor residual es frecuente pero decreciente. Se mantiene fisioterapia 2-3 sesiones/semana. Retorno parcial a trabajo (sedentario) es posible en semana 4-6 si profesión lo permite.
- Semanas 8-12: Carga/movimiento total permitido sin restricción según protocolo. Radiografías de control muestran signos iniciales de fusión (formación de callo óseo). Retorno a actividades laborales normales en la mayoría. Se retira ortesis/faja progresivamente. Algunos deportes de bajo impacto se inician.
- Meses 3-6: Consolidación de fusión evidente radiográficamente (85-95% de casos). Retorno completo a actividades deportivas moderadas. Rigidez residual se estabiliza (mejora adicional es lenta). Radiografías de control confirman fusión ósea sólida.
- A partir del mes 6: Vida completamente normal. Actividades laborales intensas, deporte recreativo moderado-intenso (según articulación). La fusión es biológicamente permanente, aunque la remodelación ósea continúa 2-3 años. Limitaciones permanentes específicas según articulación (artrodesis de tobillo: evitar terrenos irregulares; columna: limitar flexión repetida; muñeca: actividades de máxima torsión con cautela).
Datos clave importantes
- Tasa de consolidación exitosa: 85-95% de las artrodesis alcanzan fusión ósea sólida entre 3-6 meses, con tasas superiores en articulaciones grandes y fijación rígida versus fijadores externos.
- Tiempo de retorno a actividad laboral: Empleo sedentario entre 4-6 semanas; trabajo físico moderado entre 8-12 semanas; actividad laboral intensa entre 16-24 semanas, dependiendo de respuesta individual y demandas del puesto.
- Complicación más frecuente: Pseudoartrosis (no unión), con incidencia variable (3-15% según localización, técnica y cumplimiento del paciente), siendo mayor en fumadores activos, diabéticos no controlados y técnica subóptima.
- Durabilidad a largo plazo: >25 años de fusión ósea estable sin necesidad de revisión en 90% de casos, superior a la durabilidad de prótesis, eliminando el riesgo de aflojamiento aséptico o desgaste del implante.
- Limitación funcional permanente: Dependiente de articulación (artrodesis de tobillo restringe flexión-extensión pero mantiene carga; columna lumbar restringe flexión-rotación; muñeca restringe flexión-extensión y pronación-supinación), requiriendo ajuste de actividades pero compatible con vida activa normal en mayoría.